El tercer espacio: un mundo por descubrir

martes, 21 de junio de 2011

PRACTICA VII: CASOS PRÁCTICOS



            Durante esta práctica, en clase, se nos sugirió un debate abierto, mediante el cual debíamos proponer las posibles estrategias de intervención socioeducativa en base a dos casos prácticos, uno de ellos real y otro ficticio.

            En primer lugar, el debate que surgió entre mis compañeros y yo fue que no tenemos conocimientos suficientes para abordar esta cuestión, pues a lo largo de este año hemos aprendido más de la educación social como una pequeña introducción a lo que vamos a trabajar en los próximos años y a lo largo de nuestra vida, que la manera práctica de resolver los conflictos de la sociedad. Esto no quiere decir que hallamos aprendido poco, pero que nos falta mucho por saber todavía sobre estrategias socioeducativas, pues por ahora estamos tanteando la realidad que nos concierne e investigando sobre ella, como por ejemplo las etnografías que hemos realizado en bases culturales, o las entrevistas que les hemos hecho a los ancianos en la asignatura de psicología del desarrollo, o el análisis de los movimientos sociales a lo largo del tiempo en pedagogía social, etc.

            Por otra parte, nuestro profesor, Ramón Ignacio, nos ayudó a concretar que es necesario tener una fuerte base teórica para poder actuar en la práctica y que por eso, este año no podemos enfrentarnos todavía de manera práctica. Además, debemos saber que no hay unas reglas o pautas prácticas, pues cada situación es única y por tanto la manera de actuar será diferente en cada tiempo, en cada espacio y en cada realidad en la que tratemos con personas.

            Una vez dicho esto, en el caso A, un caso ficticio, nos plantea una realidad complicada pues un chico de 3º de ESO de una localidad costera con pocos recursos económicos y culturales ha colgado en la página Web Youtube un vídeo en el que mantiene relaciones sexuales completamente desnudo con una alumna que tiene Síndrome de Down de 1º de ESO.

            Hoy en día, los niños tiene lo que quieren, la mayoría pueden acceder a los recursos materiales que deseen, esto provoca muchas veces inestabilidad, de manera que ciertos jóvenes siempre desean más y más, viviendo cada experiencia más intensa que las anteriores, por tanto necesitan situaciones nuevas y sorprendentes que vivir, en este caso, no sólo es una experiencia nueva, sino que entran en juego comportamientos antisociales que deben ser tratados por un profesional. Haciendo alusión a este último párrafo, podemos ver la película “Historias del Kronen”, que refleja muy bien la realidad que describimos en el último párrafo.
            Bajo nuestro punto de vista, apostamos por varios tipos de intervenciones, en primer lugar, creemos que debemos realizar una intervención individual con el chico de 3º de ESO y otra intervención grupal con todo el curso o con toda la ESO, mediante estas intervenciones, trataremos de temas como llevar una educación sexual sana y ética, más información sobre el comportamiento de las personas con Síndrome de Down, educación en las tecnologías de la información. Además, hay que llevar a cabo un seguimiento paralelo de la vía judicial del conflicto, pues es muy importante ya que se trata de un menor de edad.

            Por otro lado, en el CASO B, un caso real, nos encontramos ante una Asociación de Vecinos de clase media que presenta varias quejas al Ayuntamiento sobre una familia gitana que habita en la barriada, esta familia se compone de cinco personas, un matrimonio (dedicados a la venta ambulante) y sus tres hijos, un joven de 20 años y dos chicas de 17 y 18 años. También existen rumores de que se dedican a la venta de droga.

            En este caso, proponemos un primer acercamiento de la comunidad a lo que realmente está sucediendo, de tal manera que ayudemos a conocer a los vecinos un poco más en profundidad la cultura gitana. Por otra parte, podríamos hacer jornadas de convivencia y resolución de conflictos, donde se expongan las diferentes ideas y perspectivas de los vecinos que conviven en el barrio, así se podrán solventar mucho mejor los problemas entre el barrio y la familia.

            Además, no sólo debemos apoyar a una de las partes, sino que tenemos que explicarle a la familia gitana que se deben regir por unas pautas o comportamientos dentro de la sociedad donde viven, de tal manera que deben respetar a los vecinos, ser higiénicos, etc. Y por último debemos tener en cuenta que hay límites entre un trabajador y un educador social y que deberíamos informarnos, para conocerlos y no saltárnoslos.

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